Vista de la Plaza de la Marqueta, Holguín

Plaza de la Marqueta en Holguín, donde la historia y el desarrollo se dan la mano

En el corazón de Holguín, la Plaza de la Marqueta se erige como testimonio viviente de la capacidad de renacimiento que tiene nuestra ciudad.

Este espacio, que por años fue el centro comercial por excelencia, ha sabido transformarse para convertirse en uno de los lugares más dinámicos y queridos por los holguineros.

Sus orígenes se remontan al lejano 19 de mayo de 1848, cuando bajo el nombre de Plaza O’Donnell comenzó a funcionar como el mercado principal de la ciudad.

Durante décadas, entre sus casillas de madera y tejas, el pueblo holguinero realizaba sus compras diarias de víveres y otros productos esenciales.

El siglo XX trajo consigo importantes transformaciones. En 1918 se inauguró el Mercado Modelo, una edificación más sólida que vino a responder a las necesidades de una ciudad en crecimiento. Con sus muros de ladrillo y techos de cerchas de acero, este nuevo espacio representó un salto cualitativo en las condiciones de comercialización para la población.

Sin embargo, el verdadero renacer llegaría entre 2014 y 2017, cuando una profunda restauración devolvió el esplendor a este emblemático lugar. La inversión de millones de pesos transformó lo que era un espacio en deterioro en el vibrante complejo cultural que conocemos hoy.

Bajo la dirección de Lizandra Lafuente González, el proyecto de desarrollo local Plaza de la Marqueta se ha convertido en ejemplo nacional de las alianzas público-privadas.

En la actualidad, el complejo cuenta con 37 stands que generan empleo a más de 70 trabajadores, donde el 90 % son mujeres, demostrando el papel protagónico de la mujer holguinera en el desarrollo económico local.

La plaza se ha convertido en plataforma esencial para los artistas locales de la plástica, artesanía y confecciones textiles, quienes encuentran aquí no solo un espacio para exponer su creación, sino también para comercializarla, completando así el ciclo productivo del arte. Este proyecto de desarrollo local se distingue por ofrecer espacios culturales fijos donde se presentan regularmente artistas de nivel provincial y nacional.

Asimismo, La Marqueta ha pensado en los más pequeños de casa, con espacios especialmente dedicados para que los niños participen en actividades culturales y se vinculen desde temprana edad con las tradiciones holguineras. Esta iniciativa fortalece la formación de nuevas generaciones de artistas y creadores.

Instituciones como Artex, EGREM y agencias del Ministerio de Turismo han establecido su presencia en la plaza, contribuyendo a la diversificación de la oferta y al fortalecimiento de la economía local.

Durante eventos como la Feria del Libro o las Romerías de Mayo, su impacto económico se multiplica, beneficiando no solo a los comercios internos sino también a negocios aledaños.

Pero más allá de los números, La Marqueta representa ese espíritu emprendedor y cultural que caracteriza al holguinero. Es el lugar donde abuelos llevan a sus nietos a mostrarles las tradiciones, donde jóvenes artistas encuentran su primer escenario, donde familias enteras disfrutan de una velada cultural.

Este espacio que supo ser testigo de luchas clandestinas durante el Movimiento 26 de Julio, hoy se ha convertido en bastión del desarrollo cultural y económico de Holguín. Su evolución demuestra que es posible preservar la memoria histórica mientras se construyen nuevos caminos para el progreso de nuestra ciudad.

La Plaza de la Marqueta sigue escribiendo su historia, ahora con los acordes de la trova, el murmullo de los visitantes y el bullicio de un pueblo que ha hecho de este espacio su propio símbolo de identidad y resiliencia.