Inudnaciones en Holguín tras Melissa
«Mi macha está recién parida y tuvo diez puerquitos», cuenta Fidelis a los que la observan. Foto: Jorge Fernández

Con esta puerca voy a hacer toda mi casa

Cuando se escribieron estas líneas, varias comunidades del municipio de Mayarí continuaban incomunicadas, debido al impacto del huracán Melissa. Nunca había subido tanto el agua. Los más antiguos no recordaban una inundación de similar magnitud. La impotencia consumía a los pobladores del lugar, que no sabían si sus casas estaban en pie.

Un pescador puso a disposición un bote para el traslado de personas y recursos hasta la comunidad del Guayabo. En un primer momento, estaban haciendo esa actividad sin autorizo, pero posteriormente el Consejo de Defensa Municipal certificó la embarcación y las medidas a tener en cuenta.

Con el agua hasta los tobillos aguardaba Irene Martínez López, quien se había evacuado en casa de su hermana y ansiaba poder volver a la suya para comprobar los destrozos. A esas alturas, sabía que sus pertenencias debían haber sufrido los efectos de las aguas.

«Desde que pasó el ciclón me están diciendo que el río está inundado, que no se puede pasar, pero hoy me dijeron que había bajado. Ya estoy decidida y me voy a someter a pasar. De mi casa dicen que estuvo media de agua y no he podido ir a verla. No puedo seguir demorándome, tengo que ir.

Inundaciones huracán Melissa en Holguín
Irene espera su turno para cruzar lo inundado. No sabe si sus cosas sobrevivieron al huracán. Foto: Jorge Fernández

«La casa está sola y yo voy sola también. A ver si me han dejado algo, porque hasta eso preocupa. La comunidad donde yo vivo está cerca del río y al represarse todo se inundó. Yo no pude evacuar nada. Las camas deben estar entripadas.

A la salida de ese lugar, una sonriente señora se encontraba con el agua casi hasta las rodillas mientras, a su lado, un cerdo gozaba como nunca de aquel baño. Fidelis López Moraga, muerta de la risa, nos dice que el animal es una puerca hembra, se llama Blanquita y no puede estar sin bañarse un solo día.

«Mi macha está recién parida y tuvo diez puerquitos. Todos los resguardé en una biplanta bien arriba. Esto es seco aquí, jamás en la historia había subido tanto el agua. Menos mal fue de día y uno iba moviendo las cosas. Yo me evacué y a mi casa le quité hasta el techo para que no se llevara las planchas.

«Blanquita es muy limpia y yo la cuido mucho. Con esta puerca voy a hacer toda mi casa».

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