La situación socioeconómica en la que estamos viviendo los cubanos es muy compleja, estresante, y muchas veces asfixiante. Con tantos problemas que tenemos que enfrentar a diario y las malas condiciones en que vivimos hemos de buscar, por todas las vías, los recursos para sobrevivir de la mejor manera. Por eso debemos fortalecer nuestra mente pues todo parece indicar que no podemos cambiar las circunstancias. Justo ahora, aunque parezca paradójico, recuerdo al filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset quien hizo famosa la expresión: “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.
Mi intención es ayudar a la gente desde el pensamiento y la salud mental. Por eso hoy te propongo acercarnos al estoicismo, una escuela filosófica cuyos principios pueden constituir un antídoto contra la insatisfacción y una herramienta a favor del bienestar.
Muchos ven al estoicismo como una forma fría de enfrentar la vida pero no es así, se trata de una de las filosofías más sutiles para acoger como compañera de la existencia humana, nació en la Grecia Antigua, influyó grandemente en el cristianismo, inspiró a muchos filósofos a lo largo de la historia y encontró el respaldo empírico en la terapia cognitivo-conductual que la adoptó como una herramienta muy fértil para enfrentar los sinsabores e incrementar el bienestar. Ahora está de moda, he visto varios grupos de estoicismo en Facebook, tanto en español como en inglés. Al conocimiento y popularidad del estoicismo ha contribuido en los últimos años Massimo Pigliucci, un filósofo y biólogo estadounidense, profesor de filosofía en el City College de Nueva York, y ex editor jefe de la revista en línea Scientia Salon. Es un crítico de las pseudociencias y un defensor del secularismo y la educación científica.
Pigliucci se convirtió en un divulgador del estoicismo y uno de los impulsores de su resurgimiento en Estados Unidos a principios del siglo XXI. Su ensayo de 2015 para The New York Times sobre el tema fue uno de los artículos más compartidos hasta la fecha. Él afirmó que siempre sintió que el estoicismo formaba parte de su herencia italiana, pero que llegó a practicarlo tras desencantarse con el budismo, aunque encuentra similitudes entre ambas escuelas de pensamiento.
Este profesor estadounidense tiene una producción literaria muy prolífica que incluye numerosos artículos científicos. En 2017 publicó un libro titulado “Cómo ser estoico: usar la filosofía antigua para vivir una vida moderna”. En 2019 “Un manual para nuevos estoicos: Cómo prosperar en un mundo fuera de tu control”, y en 2020 apareció “La guía estoica para una vida feliz: 53 breves lecciones para vivir”. Estos tres libros han sido traducidos a muchos idiomas, incluyendo el español y desde aquí te los recomiendo.
Historia, surgimiento del estoicismo, sus principales figuras y algunas de las enseñanzas cardinales de los estoicos que te ayudarán a desarrollar esta perspectiva sobre la vida.
Esta es una escuela filosófica fundada por Zenón de Citio, en Atenas, a principios del siglo III a. C., que no tardó en influir en el pensamiento de los filósofos romanos. Entre los estoicos romanos se destacan Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Todos ellos influyeron en los primeros cristianos. Por ejemplo, Pablo sabía sobre estoicismo y conocía al hermano de Séneca. También influyeron en los cristianos posteriores como Tomás de Aquino, en el humanismo renacentista, en Francis Bacon, René Descartes, Baruch Spinoza, Montesquieu, además en el protestantismo, el existencialismo y, como dije antes, en la terapia cognitivo-conductual.
La concepción ética básica del estoicismo es que el bien no está en los objetos externos sino en el dominio de uno mismo, nuestro bienestar no debe depender de lo que ocurre en el mundo, de tener posesiones materiales o no tenerlas, de tener afectos o no tenerlos. Tal vez esto te parezca muy exagerado, por los estudios científicos disponibles sabemos que algunas cuestiones determinan el bienestar de la mayoría, pero hay diferencias individuales. Por ejemplo, algunos pueden ser felices solos en un ambiente natural en medio de un bosque, pero como somos un animal social es raro que esto ocurra a la mayor parte de las personas. Se conoce que contar con tres o cuatro afectos cercanos y una red de apoyo un poco más plural, aunque no asidua, suele ser parte del bienestar de la mayoría. Así como no ser indigente, es decir, contar con un mínimo de bienes materiales, también para la mayoría forma parte del bienestar.
El estoicismo encontró mucha base empírica en los estudios de la Psicología científica contemporánea y básicamente tiene que ver con una idea muy fácil de decir pero muy difícil de aplicar: La mayor parte de las cosas que nos afectan, decían los estoicos y en particular Epícteto, no tienen que ver con lo que nos sucede sino con la manera en que evaluamos (interpretamos) lo que nos sucede.
No son centralmente las cosas que nos pasan lo que genera un estado de ánimo y un pensamiento acerca de lo que pasó sino lo que nosotros nos explicamos a nosotros mismos acerca de lo que acontece. Esta sabiduría interior respecto a la vida es lo que puede edificar el bienestar humano, para esto los estoicos proponían hacer una distinción fundamental: ¿Cuáles cosas dependen de nosotros y cuáles no? Ante cada problema vale preguntarse si depende de mí resolverlo o no, si no depende lo mejor que podemos hacer es concentrarnos en lo que sí depende de nosotros y no desperdiciar energía. Para un estoico si nosotros nos enojamos es porque estamos dando un consentimiento interno a la situación como enojosa, estamos como aceptando la situación enojosa, porque si alguien me insulta y no me enojo eso significa que me estoy controlando a mí mismo y que no estoy considerando que esa situación me tiene que enojar necesariamente.
A Sócrates, cuando lo insultaban en Atenas y no respondía, le decían: “Pero cómo no respondes”, y él contestaba, más o menos: “No, es que no se aplica a mí”. O sea, no aceptaba esa situación como digna de enojo. Acaso podría tener otro tipo de respuesta, indiferencia por ejemplo.
Decía Epícteto que si asentimos algo es porque nos parece cierto, no podemos asentir a lo que nos parece falso porque así es la naturaleza de la mente, estar de acuerdo con lo que es cierto, en desacuerdo con lo que es falso y suspender el juicio sobre lo que es dudoso. De modo que el primer plan que nos proponen los estoicos es examinar los sentimientos y los pensamientos. ¿Esto que estoy sintiendo es adecuado a esta situación? ¿Puede ser adecuado pero estoy exagerando? ¿Esto que estoy sintiendo es relativo realmente a esta persona con la que estoy tratando, o es que arrastro de una situación anterior una emoción que estoy de alguna manera descargando en ese otro individuo?
Los principios de la filosofía estoica se basaban en cuatro virtudes cardinales:
1. Conocimiento práctico: la habilidad de manejar situaciones complejas con una mente tranquila.
2. Templanza: la habilidad de restringir y moderar la atracción de placeres y bienes mundanos.
3. Justicia: ser justo con los demás incluso cuando han cometido un error o nos han faltado al respeto.
4. Coraje: no solo en situaciones extremas sino en el día a día con claridad e integridad.
Utiliza del mejor modo posible lo que está bajo tu control y acepta el resto tal como sucede. Algunas, cosas dependen de nosotros y otras no. Nuestros cuerpos, lo que pensamos, lo que hacemos, nuestras opiniones, acciones, deseos y rechazos dependen de nosotros, lo que hacen, piensan o dicen los demás no.
Todo esto se parece un poco a la Plegaria de la Serenidad, una oración atribuida al teólogo Reinhold Niebuhr, conocida sobre todo por sus versos iniciales: “Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, / valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar / y sabiduría para entender la diferencia.”
Y finalmente no hay que confundir al estoicismo con la resignación, lo que nos está diciendo es que si verdaderamente no está en tus manos modificar la situación aceptarlo tampoco tiene que ver con el fatalismo, con la idea de que necesariamente las cosas van a ir para peor.
- El secreto de la gente que vive con paz interior - 11 de noviembre de 2025
- El poder de la música para la salud y el bienestar emocional - 4 de noviembre de 2025
- ¿Por qué el mar produce relajación y bienestar? - 28 de octubre de 2025