Las mascotas constituyen un miembro más de la familia. Cada día aumenta la valoración positiva hacia ellas, y es que más allá de brindar diversión y compañía, producen un impacto favorable en la salud física y mental, lo que acrecienta la sensación de bienestar.
Convivir con una mascota puede brindar mayor felicidad, reducir el estrés, disminuir los sentimientos de soledad, motivar a hacer ejercicios físicos y mejorar nuestra calidad de vida. Pero son muchos más los beneficios que ya están científicamente comprobados.
Los estudios indican que las mascotas pueden contribuir a estabilizar la presión arterial y las concentraciones de colesterol en la sangre, así como reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Los dueños de animales acuden a consultas médicas hasta un 15 por ciento menos que las personas que no tienen mascotas.
Encuestas realizadas por la Universidad de Australia Occidental revelan que más del 70 por ciento de los dueños de mascotas aseguran que nunca o muy rara vez se sienten solos, y las probabilidades de alcanzar el nivel recomendable de actividad física por semana aumentan.
Además, tener una mascota bien podría ser la solución para reducir el estrés de la vida moderna, enseñar a nuestros hijos a ser disciplinados y acercarnos más a nuestra comunidad.
La presencia de perros, gatos y otros animales de compañía interviene en el estado de ánimo al producir sensación de seguridad y protección. Está comprobado que interactuar con nuestra mascota provoca la liberación de oxitocina, lo que genera afectividad y sentimientos de confianza.
Cualidades de las mascotas como la lealtad, el cariño y la alegría, influyen en los seres humanos y propician el desarrollo de habilidades sociales que se ven reflejadas en una mejor interacción y convivencia con los seres vivos.
La influencia de los animales, sobre todo en los niños, es muy positiva porque los anima a interactuar, a asumir responsabilidades para su cuidado y a fortalecer valores como la solidaridad y el respeto.
Los sentimientos positivos hacia un animal contribuyen a la autoestima y la autoconfianza del niño, le ayudan a establecer relaciones de confianza con los otros y aportan al desarrollo de la comunicación no verbal, la compasión y la empatía.
Las mascotas se convierten en los “recipientes” garantizados de los secretos y pensamientos privados. Los niños les hablan al igual que lo hacen con sus animales de peluche. Por otro lado pueden proveer lecciones acerca de la vida: la reproducción, el nacimiento, las enfermedades, los accidentes, la muerte y el duelo.
El Doctor Jeremy Barron, director médico del Centro Beacham de Medicina Geriátrica de las Instituciones Médicas Johns Hopkins, en Estados Unidos de América, asegura que entre los humanos y el cuidado de un animal existe una conexión probada, y señala que adoptar una mascota podría parecer un acto altruista, pero existen muchas razones egoístas para convertirse en el dueño de una.
El sitio web de esa institución médica estadounidense publicó los siguientes beneficios asociados a tener una mascota.
· Reduce el estrés. Las investigaciones han mostrado que tan sólo con tener un perro disminuye la hormona del estrés denominada cortisol. Mientras que la interacción social entre las personas y sus perros eleva los niveles de la hormona del bienestar denominada oxitocina, la misma hormona que une a las madres con sus hijos. De hecho, un 84 por ciento de los pacientes con trastorno de estrés postraumático a los que se les ha proporcionado un perro adiestrado informaron de una reducción significativa en sus síntomas.
· Baja la presión sanguínea. Los beneficios de la reducción del cortisol y el aumento de la oxitocina por tener una mascota también ayudan a mantener la presión sanguínea en niveles adecuados.
· Incrementa la actividad física. Cuántas personas desearían salir de casa y realizar ejercicios: los que poseen perros no tienen elección, tienen que sacarlos a pasear. De esta forma los animales les proporcionan una excusa diaria para realizar su dosis de ejercicio.
· Fomenta la salud cardiaca. La Asociación Americana del Corazón hizo pública una investigación en la que se asegura que tener un perro como mascota es una forma de mantener controlada la enfermedad cardiovascular.
· Alivia la soledad y la depresión. Un estudio de 2011 descubrió que quienes poseían una mascota tenían una mejor autoestima. Otro estudio determinó que las mascotas proporcionaban un mejor apoyo social que los humanos para mitigar la depresión; y es que cuidar de una mascota proporciona una finalidad al propietario. Además, son buenos catalizadores sociales para reunir a personas que comparten los mismos intereses por los animales.
· Ayuda a problemas de salud específicos. Más allá de la simple compañía, los perros han sido, desde hace mucho, maravillosos ayudantes para quienes no tienen vista o tienen algún tipo de problema de movilidad. Los perros incluso se han utilizado para ayudar a detectar trastornos desde las convulsiones al cáncer.
Una mascota es un ser que nos da cariño y momentos de alegría, un verdadero miembro de la familia que, además, protege nuestra salud. Es necesario cuidarla, transmitirle afecto, mantenerla sana y protegerla.
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