Lengua de Señas

Lengua de Señas como símbolo de identidad de la comunidad sorda de Cuba

Cada 23 de septiembre, el mundo se une para conmemorar el Día Internacional de las Lenguas de Señas, una fecha que resalta la importancia de estos idiomas en la vida de millones de personas sordas.

En un planeta donde alrededor de 72 millones de individuos viven con discapacidad auditiva y utilizan más de 300 lenguas de señas, es fundamental reconocer el papel crucial que estas lenguas desempeñan en el desarrollo personal y social de sus hablantes.

En el caso específico de Cuba, la Lengua de Señas no es solo un medio de comunicación, es un símbolo de identidad y patrimonio cultural para la comunidad sorda de la nación. Este idioma viso-gestual-espacial permite a sus integrantes, comunicarse sin restricciones, favoreciendo su desarrollo lingüístico y cognitivo.

En un país donde más de 52 mil personas forman parte de este grupo, el reconocimiento y uso de un lenguaje propio son esenciales para garantizar su inclusión plena en la sociedad.

Al respecto, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, establece que este tipo de lenguas tienen el mismo estatus que las lenguas habladas, con lo cual se insta a los estados a promover su uso y enseñanza.

En este contexto, el Decreto-Ley de la Lengua de Señas Cubana, aprobado por el Consejo de Estado, representa un avance significativo hacia la igualdad de oportunidades. Esta norma regula el reconocimiento y uso del idioma oficial de la Comunidad Sorda en Cuba, alineándose con los principios de la Constitución vigente desde 2019.

La Lengua de Señas Cubana se caracteriza por cuatro elementos distintivos: ubicación, orientación, movimiento y configuración de las manos. Aunque estos componentes pueden parecer simples por separado, juntos crean un sistema rico en significados que refleja la diversidad cultural de la comunidad sorda del país.

El dominio de esta lengua no solo potencia la capacidad receptiva y memorística de sus hablantes, sino que también promueve su integración social. El acceso temprano a su enseñanza desde la infancia y a servicios en este idioma es vital para el crecimiento y desarrollo del ser humano.

La educación bilingüe, que incluye la enseñanza de la lengua de señas junto con la lengua oral, es fundamental para asegurar que los estudiantes sordos alcancen su máximo potencial académico y personal. Además, se hace cada día más necesario la expansión de su conocimiento al resto de la sociedad, para lograr cada día una mayor interacción familiar y social.

Asimismo, la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC), que ha trabajado desde 1978 por la integración social y la mejora de la calidad de vida de esta comunidad, juega un papel clave en este proceso.

Hoy, mientras celebramos la identidad y los derechos de la comunidad sorda, recordamos que la lengua de señas es más que un medio comunicativo, es una expresión cultural que merece ser reconocida y valorada.

Promover su uso y enseñanza es un paso hacia una sociedad más justa e inclusiva, donde todos tengan las mismas oportunidades para participar y prosperar.

Lea también:

Implante coclear, la maravilla que hace brotar los sonidos