La frase «soñar es de valientes» nunca había estado más cerca de la realidad que en el contexto actual de la juventud cubana pues adquiere una dimensión extraordinaria y profundamente conmovedora. No se trata del simple acto de fantasear con algo mejor o de tener aspiraciones para el futuro, algo común en cualquier ser humano.
Para un joven de esta isla soñar es un acto de resistencia, un ejercicio diario de coraje frente a un escenario que pone a prueba los límites de la esperanza. La valentía no reside en soñar con un futuro personal gratificante, sino en atreverse a imaginar caminos diferentes en un entorno donde las opciones son limitadas y la incertidumbre es una sombra constante.
Es la valentía de elegir quedarse para construir desde dentro, con todas las dificultades que eso conlleva, o la valentía, igual de grande, de decidir emigrar, dejando atrás el amor, el apego a la familia y la tierra que te vio nacer, para perseguir una meta.
Es la osadía de crear arte que cuestione, de estudiar con pasión la carrera de tus sueños a pesar de la precariedad, de emprender un negocio propio sin importar lo compleja que sea la economía, o simplemente de reunirse para debatir ideas con la fe puesta en que el diálogo puede germinar el cambio.
Soñar, para esta juventud, es negarse a la resignación
Es encontrar razones para la alegría: una pequeña taza de café que te inspire en las mañanas, ese 5 que te impulsa a seguir estudiando, la mirada de esa persona mayor que tiene muchas experiencias y te dice buenos días; y sobre todo, la creación en medio de las carencias, la capacidad de crecer en medio de las adversidades.
Por ello, esta frase es un homenaje a todos los jóvenes: a los que lograron construir su negocio, superarse como profesionales, aventurarse hacia otros horizontes y a los que aún no han cumplido nada, a esos que siguen soñando y luchando porque algún día sus sueños se conviertan en realidad.
A los que, con sus sueños, por pequeños que sean, mantienen viva la llama de la iniciativa, la crítica constructiva y la fe en que mañana puede ser distinto. Soñar es, en esencia, la forma más pura de valentía: la que se ejerce cuando el presente intenta robarte el futuro.
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