De las diferencias entre embriaguez e intoxicación alcohólica

El alcohol siempre se ha relacionado con sensaciones de bienestar y alegría, pero beberlo sin control causa graves complicaciones de salud y muchos problemas sociales, inclusive puede provocar estado de coma en situaciones extremas. Los hombres son quienes tienen mayor riesgo del consumo perjudicial, pero en la actualidad existe una tendencia de aumento entre las mujeres.

El ser humano conoció las sustancias etílicas desde los albores de su aparición, a través de la fermentación espontánea de frutas y otros alimentos que hallaba en el medio natural. Descubrir su poder embriagador le ofreció muchas alternativas, casi mágicas, pues sin morir o perder del todo sus condiciones naturales era capaz de alcanzar «planos fuera de lo normal».

Esto de alcanzar planos fuera de lo normal lo aprovechaban los sacerdotes y curanderos en su comunicación con los dioses, los guerreros para aumentar su fiereza, los esclavos para evadirse de su realidad, los vencedores para celebrar su victoria, los friolentos para calentar su cuerpo, y los tristes para alegrarse. Así las cosas ya estamos en pleno siglo XXI y el alcoholismo constituye un grave problema de salud, de discapacidad, de destrucción de los seres humanos.

El trastorno por consumo de alcohol es un patrón de consumo de esta sustancia que consiste en tener problemas para controlar la cantidad que se bebe, estar preocupado por el alcohol o continuar consumiéndolo aun cuando causa problemas. También implica la necesidad de tener que beber más para lograr el mismo efecto, o la aparición de síntomas de abstinencia cuando disminuyes o suspendes rápidamente el consumo.

Existen diferentes formas de tomar alcohol, su consumo puede producir diferentes cuadros clínicos, dependiendo de varios factores, como la cantidad y la frecuencia. Si se hace un abuso, ello podría llevar al estado de embriaguez o a la intoxicación aguda. En estos casos los individuos modifican su conducta de manera sustancial y ponen seriamente en riesgo su salud y su vida.

El estado de embriaguez

Una persona en estado de embriaguez, no necesariamente es alcohólica. La embriaguez es un estado producido por la ingestión de cierta cantidad de bebidas alcohólicas. El primer efecto es la disminución del sentido autocrítico, que se manifiesta en forma de extroversión y desinhibición social; el estado de ánimo acompañante suele ser eufórico.

Es en este momento donde el hombre o la mujer se vuelven muchas veces «pesados». Lo describo con palabras sencillas y populares: se ponen babosos; excéntricos, hablan alto, demandan la atención impertinentemente, se vuelven osados, agresivos e irritables, a veces presentan desinhibición sexual y pueden llegar hasta actos inmorales o que van contra las normas de la sociedad.

Consumo de Sustancias, Adicciones, Alcoholismo
La intoxicación alcohólica produce manifestaciones neurológicas graves (convulsiones, alteraciones del equilibrio, la marcha y el habla, y puede llegar hasta el coma). Foto: Amauris Betancourt/Archivo
La intoxicación alcohólica

Un aumento de la cantidad de alcohol ingerida puede inducir a la intoxicación, la misma cursa con trastornos de la conciencia, la atención y la orientación, disminuye la concentración, aparece torpeza en el desempeño de cualquier tarea, el estado de ánimo es con frecuencia de irascibilidad y cólera, o bien de tristeza y abatimiento. Además, produce confusión, o sea que no se piensa con la claridad y la rapidez habituales.

Intoxicaciones más graves implican la aparición de manifestaciones neurológicas como convulsiones, alteraciones del equilibrio, la marcha y el habla, alteraciones de conciencia que pueden llegar incluso hasta el coma, y también a hacer un paro cardio-respiratorio.

Dada la inestabilidad y la torpeza motora pueden producirse accidentes, traumatismos o lesiones corporales. Si se trata de una persona que padece de alguna enfermedad física, como es el caso de los diabéticos, puede tener complicaciones serias, tal es el caso del coma diabético.

Finalmente, en casos extremos puede haber un estado de conciencia tan disminuido que la persona estará imposibilitada para despertar y no habrá manifestación alguna ante el dolor, lo cual debe considerarse una alteración de suma gravedad, se trata de una urgencia médica que requiere el traslado del afectado a un hospital.

No debe confundirse el estado de embriaguez  con la embriaguez patológica

La embriaguez patológica es la intolerancia o sensibilidad especial al alcohol, de manera que pequeñas cantidades del tóxico desencadenan en el individuo importantes alteraciones de conducta, con agresividad hacia sí mismo y hacia los demás, desorientación y confusión.

El episodio suele durar algunas horas, hasta que el sujeto entra en una fase prolongada de sueño, después de la cual sufre amnesia respecto a lo ocurrido. Esta intolerancia suele estar asociada a determinadas enzimas, lesiones cerebrales, epilepsia o trastornos de la personalidad.

Es por eso que resulta importante en nuestras vidas guardar las distancias con el alcohol, ponerle límites antes de que aparezcan las complicaciones y la dependencia. Ser un bebedor social resulta una buena opción.

Se considera consumo social de alcohol al que se ajusta a normas adecuadas de cantidad, frecuencia y momentos de ingestión e incluye:

  • Consumo discreto con cantidades muy reducidas (1 ó 2 tragos en ocasiones excepcionales que no pasan de 5 en el año sin llegar jamás a la embriaguez).
  • Consumo moderado: ingestión de no más del equivalente a un cuarto (1/4) de botella de ron dos veces a la semana, ni presentar más de un estado de embriaguez ligera mensual (euforia y discreto grado de incoordinación motora que hacen no recomendable la conducción de un vehículo).
¿Cuándo debes consultar a un profesional de la salud?

Si crees que a veces bebes demasiado alcohol, si beber te está causando problemas o si tu familia está preocupada porque bebes debes buscar consultar a un médico. Existen otras maneras de pedir ayuda, como hablar con un profesional de la salud mental o buscar asistencia en los grupos de apoyo como Alcohólicos Anónimos o grupos de autoayuda similares.

Como la negación del problema es común, es posible que creas que no tienes un problema con el alcohol. Tal vez no te das cuenta de cuanto bebes o cuantos problemas en tu vida están vinculados a esta conducta. Escucha a tus familiares, amigos o colegas cuando te dicen que analices tus hábitos de consumo o que busques ayuda.

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Es importante guardar las distancias con el alcohol, ponerle límites, antes de que aparezcan las complicaciones y la dependencia. Foto: Archivo
Si crees que un ser querido necesita  ayuda

Muchas personas que tienen un trastorno por consumo de alcohol dudan en buscar tratamiento porque no reconocen el problema. La intervención de sus seres queridos puede ayudarles a reconocer y aceptar que necesitan ayuda profesional. Si te preocupe que alguien cercano bebe demasiado pide a un profesional experimentado en el tratamiento del alcoholismo que te asesore sobre cómo abordar a esa persona.

Todo con medida, con control. En asuntos de drogas, y el alcohol es una de ellas, nadie puede predecir si va a quedarse “enganchado”. Ahora piensa bien: si estás consciente de los efectos perjudiciales del alcohol cuando se consume exageradamente, déjalo pasar, o pásalo con control.