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La lentilla infrarroja te permite ver en la oscuridad, e incluso con los ojos cerrados. Foto: ChatGPT / E. F.

Lentilla dota al ser humano de visión infrarroja con ojos cerrados

Es de noche. Estás en un lugar sin luz, con los párpados cerrados. Aun así, distingues formas, luces, movimientos. No es una fantasía ni un sueño raro. Es lo que algunos voluntarios humanos han sido capaces de hacer gracias a una lentilla experimental que transforma la visión humana como nunca antes. Esta innovación no viene de la ciencia ficción, aunque podría. Viene de un laboratorio, de investigadores que se preguntaron si podíamos ampliar lo que nuestros ojos son capaces de percibir.

El avance ha sido publicado en la revista Cell y ha captado rápidamente la atención internacional. El motivo: se trata de una lentilla blanda, sin batería ni cables, capaz de dotar a los humanos de visión infrarroja, es decir, de ver más allá del espectro visible. Y lo más sorprendente: funciona incluso con los ojos cerrados, gracias a la capacidad del infrarrojo para atravesar los párpados. En otras palabras, convierte al usuario en una especie de superhéroe sensorial.

Cómo funciona una lentilla que ve lo invisible

El desarrollo parte de un principio óptico complejo: la conversión de luz infrarroja en luz visible mediante nanopartículas especiales. Estas lentillas, llamadas UCLs (Upconversion Contact Lenses), integran nanopartículas incrustadas en materiales poliméricos blandos. Según los investigadores, se sintetizaron partículas con un núcleo de fluoruro de sodio y gadolinio dopado con erbio, iterbio y oro. Estas partículas absorben luz infrarroja (de entre 800 y 1600 nanómetros) y la convierten en luz visible (de 380 a 750 nm).

Lo revolucionario aquí no es solo la conversión, sino el hecho de que se hace dentro de una lentilla blanda, cómoda, transparente y segura para el ojo humano. Según el estudio, las UCLs alcanzan una transparencia óptica de más del 90 %, lo que permite que la visión natural no se vea alterada. A diferencia de otros dispositivos de visión nocturna, estas lentillas no necesitan energía externa, ya que la transformación lumínica ocurre dentro de los propios materiales.

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Mice y humanos: primeros sujetos con supervisión

Antes de llegar al ojo humano, las pruebas comenzaron en ratones. En una serie de experimentos, los animales fueron equipados con lentillas que cubrían sus ojos suturados. Aun con los ojos cerrados, los ratones reaccionaban a estímulos lumínicos en el espectro infrarrojo: sus pupilas se contraían y sus cerebros mostraban actividad visual detectada en electroencefalogramas. Los ratones también evitaban zonas iluminadas con infrarrojo, lo que confirmaba que percibían esa luz.

Tras estos resultados, se pasó a pruebas con humanos. Varios voluntarios participaron en experimentos de percepción en salas oscuras. Con las lentillas puestas, eran capaces de detectar patrones de luz infrarroja parpadeante. Pero lo más sorprendente fue que, al cerrar los ojos, la sensibilidad al infrarrojo mejoraba, mientras que la visión con luz visible desaparecía. Esto se debe a que la luz infrarroja atraviesa mejor los párpados que la visible, reduciendo el «ruido visual» del entorno.

Color infrarrojo: la dimensión que faltaba

Uno de los hitos técnicos del proyecto fue conseguir visión infrarroja en color. Para lograrlo, el equipo desarrolló una variante de lentilla llamada tUCL (trichromatic UCL). Estas lentillas usan nanopartículas más complejas que convierten diferentes bandas del espectro infrarrojo en los tres colores primarios: rojo, verde y azul. Así, las personas que las llevan pueden distinguir distintas longitudes de onda del infrarrojo como si fueran colores.

Este sistema fue evaluado mediante pruebas de combinación de colores. Los voluntarios ajustaban la intensidad de diferentes láseres de infrarrojo (a 808, 980 y 1532 nm) hasta igualar un color dado, como si estuvieran mezclando luz visible. Los resultados fueron claros: podían generar una gama cromática infrarroja equivalente a la del espectro visible, con una fidelidad sorprendente.

Además, estas nuevas lentillas permitieron a los usuarios interpretar códigos visuales en infrarrojo, basados en colores y parpadeos. Incluso llegaron a reconocer formas y patrones como letras o símbolos geométricos, todo gracias a la conversión de luz invisible en imágenes coloridas.

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Foto: ChatGPT /E. F.

No es magia: es óptica, química y biocompatibilidad

Nada de esto sería posible sin una ingeniería extremadamente precisa. Las nanopartículas deben tener el tamaño exacto y estar perfectamente dispersas en el material. El índice de refracción entre el polímero y las partículas debe estar ajustado al milímetro para que la lentilla siga siendo transparente. Para esto, los investigadores recurrieron a polímeros como el pHEMA, ya utilizado en lentillas comerciales, pero modificado para mantener la claridad óptica incluso con una carga de nanopartículas del 7 %.

Además, se realizaron pruebas de biocompatibilidad en ratones. Después de llevar las lentillas durante horas y días seguidos, no se encontraron signos de inflamación, muerte celular ni alteraciones estructurales en la retina. También se comprobó que la hidratación y flexibilidad del material eran comparables a las de una lentilla comercial. En humanos, no se registraron efectos secundarios durante las sesiones de prueba.

¿Estamos ante el futuro de la visión humana?

Aunque los resultados son prometedores, la tecnología aún no está lista para uso comercial. Actualmente, las lentillas solo pueden detectar luz infrarroja intensa, como la emitida por LEDs potentes. La sensibilidad debe mejorarse para poder percibir fuentes más débiles, como el calor corporal o la luz residual en entornos nocturnos naturales. Además, las UCLs no permiten una imagen con detalles finos, ya que la conversión difumina ligeramente la dirección de la luz.

Para solucionar esto, los autores del estudio han diseñado un sistema adicional: unas gafas con lentes especiales que concentran la imagen infrarroja antes de que llegue a la lentilla, mejorando así la resolución espacial. Es un paso más hacia una integración total entre tecnología óptica y percepción humana.

Más allá de la visión en la oscuridad, los investigadores destacan otras aplicaciones: detección de señales cifradas, ayuda a personas con daltonismo, comunicaciones invisibles y rescate en condiciones extremas. En palabras del artículo original, “nuestro trabajo confirma que la capacidad de supervisión humana puede lograrse mediante nanomateriales portables”.

Con información de Eugenio M. Fernández Aguilar, Físico, escritor y divulgador científico. Director de Muy Interesante Digital

Referencias:

-Yuqian Ma, Yunuo Chen, Sheng Wang et al. Near-infrared spatiotemporal color vision in humans enabled by upconversion contact lenses. Cell, Vol. 188, 2025, pp. 1–14. https://doi.org/10.1016/j.cell.2025.04.019.

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