Tras la detección de los primeros casos de gripe A H3N2 subclado K en la región de Latinoamérica en países como Chile, Perú, Bolivia, México y Colombia por su cercanía geográfica con Cuba se sobrentiende la necesidad de intensificar la vigilancia epidemiológica ante la potencialidad de la aparición del contagio.
Con certeza no se sabe en qué momento puede iniciarse la trasmisión en la isla, nadie puede predecirlo con exactitud. Sin embargo, al tratarse de un virus respiratorio, altamente contagioso, con fácil propagación y presente ya en países de la región aumentan las probabilidades de que en un futuro cercano haga su aparición en el escenario epidemiológico cubano. A esto se suma que la identificación de un nuevo subclado puede traer implícitos cambios en su virulencia y capacidad de transmisión.
Esta variante hasta la fecha se ha detectado en más de 35 países, y sobresale por sus diferencias con respecto a otras cepas porque este subclado puede ser más hábil para evitar la inmunidad de las vacunas y las infecciones anteriores. Esto se traduce en una mayor capacidad para evadir la respuesta inmune generada por infecciones previas, lo cual a largo plazo puede conllevar hospitalizaciones y la aparición de casos graves.
Si bien para ese entonces todos correremos igual riesgo de enfermar, desde mucho antes, hoy y ahora, resulta necesario comenzar a proteger aquellas poblaciones más vulnerables, como ancianos, embarazadas, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas, quienes por lecciones aprendidas del pasado son más susceptibles a complicaciones por esta causa.
La vigilancia y medidas preventivas como el uso de nasobucos y la desinfección de superficies son acciones inmediatas que las autoridades sanitarias recomiendan para proteger a estos grupos, siempre bajo el precepto de que en prevenir está el arte de salvar.
El lavado de manos con frecuencia con agua y jabón o usar desinfectante de manos a base de alcohol también resultan útiles. Así como cubrirse con pañuelos o el codo al toser o estornudar y evitar tocarse la cara pueden ayudar a prevenir que el virus ingrese al cuerpo. Además, asegurar una buena ventilación de los espacios ayuda a diluir las partículas virales que se puedan encontrar en el aire.
La influenza A H3N2 es un subtipo del virus de la gripe que ha mostrado una notable evolución desde su aparición en 1968, en Hong Kong. El hecho de que haya sufrido mutaciones no es un elemento nuevo, desde su aparición ha mutado múltiples veces para adaptarse y evadir la respuesta inmune de la población, lo cual incluye cambios en las proteínas de las superficies y la neurominidasa, representando un desafío constante para la salud pública mundial.
Precisamente, su continua evolución ha hecho más compleja la elaboración de vacunas efectivas. Los inmunógenos contra la gripe se actualizan cada año a nivel global para incluir las cepas circulantes.
Ante el aumento mundial del subclado K de la A(H3N2), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a reforzar la vacunación en las Américas, en especial contra la influenza estacional.
Por la seria amenaza que podría significar su circulación para la salud de la población mundial es preciso mantener una vigilancia constante y monitoreo sobre su evolución. Solo así será posible identificar nuevas variantes y ajustar recomendaciones de vacunación para que el orbe no tenga que enfrentarse a otra epidemia de las dimensiones de la COVID-19, en menos de una década.
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