Los jóvenes han sido certeros protagonistas de las incansables jornadas de recuperación que se llevan a cabo en la provincia de Holguín, tras el paso del huracán Melissa por este nororiental territorio. No hay imposibles para quienes han estado a la orden allí, donde se les necesite.
La Universidad de Holguín (Uho) ha estado inmersa en contribuir desde todos los frentes a la recuperación de la geografía holguinera. A pesar del daño que sufrieron sus sedes, al caminar hoy por ellas ya se ve la huella del trabajo de estudiantes y docentes en pos de levantarse.
«Poder apoyar como donante de sangre después del huracán representa, ante todo, un acto de solidaridad humana. Es una forma tangible de decir «no estás solo» y de fortalecer, desde mi pequeña trinchera, la esperanza y la recuperación de nuestro pueblo», dijo Camila Escobar Primo, profesora de la casa de altos estudios.
Liban Espinosa, periodista y reserva como funcionario de la Unión de Jóvenes Comunista (UJC) en Holguín, no ha tenido demasiado descanso en estas jornadas. Desde la labor reporteril y también en su rol como miembro del comité provincial de la UJC se ha mantenido inmerso en diversas acciones con el apoyo de sus compañeros.
«Hemos trabajado en diversos centros que han recibido donativos y llegado a diferentes municipios como Banes, Cacocum, Urbano Noris y Cueto. Poder intercambiar con los pobladores ha evidenciado ese amor fraterno que se tiene entre los cubanos, sin importar lo adverso del escenario».
La prioridad es el pueblo

Desde las comunidades, los pinos nuevos también han puesto su granito de arena en esta tarea que es de todos. El delegado de la circunscripción cuatro del municipio de Holguín, Víctor Manuel Ayón Rodríguez, culminó su recuperación de un arbovirus desde la mesa del puesto de mando.
«Allí estuvimos chequeando casos de reportes de la circunscripción, de derrumbes parciales, totales y otras afectaciones. Con el apoyo de las trabajadoras sociales hemos dado seguimiento a los asistenciados y aquellos que sufrieron pérdidas materiales por las inundaciones.
«También hicimos los reportes a la Empresa Eléctrica de los cables caídos y a comunales, sobre la necesidad de la recogida de los desechos de las calles».
Días muy agitados ha vivido también la joven Caridad Maure Yubet, funcionaria de la Federación de Mujeres Cubanas en el Consejo Popular Pedro Díaz Coello del municipio de Holguín. Está muy activa desde antes del huracán, consciente de su papel esencial como fémina de estos tiempos.
«Luego del paso del huracán por nuestro territorio holguinero rápidamente pasamos a la fase de recuperación, donde se activaron las federadas de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) para la limpieza e higienización desde nuestras comunidades. Nunca imaginé lo que Melissa significaría para mí como joven. Es la primera vez que enfrento tal situación.
«Las secretarias generales desde sus bloques y delegaciones han colaborado mucho con la recogida de donativos para los damnificados que se encuentran en los centros de evacuación en el IPVCE José Martí, donde están las personas de Limoncito y Yaguabo pertenecientes al municipio de Cacocum.
«También para la filial de enfermería donde se encontraban evacuados de Urbano Noris. Asimismo, hemos colaborado en las jornadas de limpieza e higienización en el Hospital Provincial Vladimir I. Lenin, a las que se han sumado varias mujeres. La experiencia ha sido de sobrada solidaridad y se han dejado muchas huellas de amor.
«Como joven puedo expresar que la FMC trabaja con el alma para brindar un abrazo sincero, una palabra y exteneder una mano amiga. Decir mujer es decir vida».
Deber que no conoce límites

No solo en la cabecera provincial la juventud ha demostrado su valía, también en las restantes partes de la provincia se ha visto como protagonista en todas las tareas. En Gibara, por ejemplo, el joven periodista y delegado Lázaro Abel García Gómez ha estado en la primera línea.
«Nuestro aporte en nombre de la juventud gibareña ha sido esencial en este momento de fase recuperativa. Para mí, esta constituyó una experiencia inigualable cuando, por primera vez, dí el paso al frente para cuidar de tantas personas evacuadas mientras Melissa transitaba por el Oriente del país.
«Pude haberme quedado en casa con mis familiares; sin embargo, como expresara José Martí «El deber de un hombre está allí donde se es más útil». Hoy, cuando lo peor ya pasó, no son menos las faenas de trabajo ni la responsabilidad para asumir diversas tareas, algunas asignadas por la Zona de Defensa.
«Entre estas se encuentran el apoyo al funcionamiento de la mesa de trámite en la demarcación de Gibara 2, contabilizando el nivel de daños que sufrieron afectados por el evento climatológico al igual que otras actividades que implican humanismo, amor y entrega con cuota de mucha profesionalidad.
«Ahora desde la comunidad nos estamos organizando para hacer entrega de un donativo con recursos que nos hemos dado a la tarea de recibir solidariamente para beneficio de los más afectados por el fenómeno meteorológico».
Esos son los jóvenes de hoy. Hijos de su tiempo y su momento histórico. Con otras ideas y visiones, mantienen la esencia de lo más autóctono de la idiosincrasia cubana y las enseñanzas de la generación histórica que señaló el camino hacia la Revolución que no deja a nadie atrás en tiempos difíciles. Con ellos, siempre se podrá contar.
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