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Jóvenes holguineros del Movimiento Martiano en Holguín ubican un cañón en su base tras acción vandalica. Foto: Cortesía del Movimiento Martiano

Una alerta al civismo para salvaguardar el patrimonio cultural en Holguín

En un reciente acto de civismo, un grupo de jóvenes del Movimiento Juvenil Martiano, transeúntes y vecinos de la emblemática Loma de la Cruz en Holguín se unieron para devolver a su lugar el cañón que, lamentablemente, había sido arrojado escaleras abajo por personas carentes de conciencia y educación ciudadana.

Este gesto no solo refleja un profundo respeto por el Patrimonio cultural de la comunidad, sino que también resalta la importancia de la responsabilidad colectiva en la preservación de nuestros espacios públicos. Sin embargo, este incidente pone de manifiesto un problema recurrente en la ciudad: actos de vandalismo y falta de respeto hacia los bienes comunes.

Hechos como este se repiten una y otra vez en parques y otros lugares públicos, generando una pregunta inquietante: ¿quién pone freno a estas acciones irresponsables? ¿Qué personas o instituciones deben velar por que estos incidentes no ocurran, o de suceder, aplicar las medidas pertinentes?

Es fundamental reconocer que, a pesar de los comportamientos inapropiados que algunos, en gran por ciento jóvenes, pueden exhibir, todavía hay quienes actúan correctamente y muestran un compromiso genuino con su comunidad.

Muchachos como los que retornaron el cañón de la Loma de la Cruz a su lugar son un ejemplo a seguir, y su conducta debe ser promovida y apoyada pues la educación cívica y el fomento de valores como el respeto y la responsabilidad son esenciales para cultivar una ciudadanía activa y consciente. Las instituciones locales, en colaboración con la comunidad, tienen la responsabilidad de crear programas que no solo informen sobre la importancia del cuidado del patrimonio, sino que también incentiven la participación activa de los ciudadanos en la protección de sus espacios.

Además, la promoción de campañas de sensibilización y actividades comunitarias puede ser una forma efectiva de involucrar a la población en el cuidado de lo que es de todos. Pero lo más importante, la educación comienza desde el hogar como tanto repetían nuestro abuelos con toda la razón de los años vividos.

El incidente en la Loma de la Cruz es un recordatorio de que, aunque existen desafíos en nuestra sociedad, aún hay esperanza en las acciones positivas de muchos y un tanto por hacer para corregir el accionar de otros.

Es hora de unir esfuerzos para fomentar un entorno donde el respeto y el civismo sean la norma, y donde cada ciudadano se sienta motivado a cuidar su comunidad pero también dónde se apliquen las leyes con el rigor establecido para poder salvaguardar las riquezas patrimoniales y el entorno común.