Comunicación

El imprescindible puente de la comunicación en un mundo hiperconectado

En la Cuba y el mundo de hoy, donde la inmediatez digital y la sobrecarga informativa son la norma, la comunicación ha dejado de ser un simple acto para convertirse en una habilidad de supervivencia, un arte y, sobre todo, una responsabilidad cívica. Como periodistas, somos testigos de primera línea de cómo fluye (o se estanca) la información y cómo moldea nuestra realidad.

Entender el proceso: Más que decir, es conectar

El proceso comunicativo, en esencia, se mantiene invariable: un emisor codifica un mensaje que viaja a través de un canal (el periódico, la radio, una red social) hacia un receptor, quien lo decodifica. La clave, sin embargo, no reside solo en la transmisión, sino en el contexto y, fundamentalmente, en la retroalimentación o feedback.

En nuestra realidad, este circuito se complica. El receptor de hoy no es pasivo; es un prosumidor que genera su propio contenido y, a menudo, es emisor instantáneo. Esto, magnificado por las plataformas digitales y la necesidad de verificar la verdad en medio del ruido, hace que el ruido sea, irónicamente, la principal barrera.

Tres pilares para una comunicación efectiva

Para navegar con éxito en este entorno complejo, ya sea en la esfera pública o personal, es vital aplicar algunos principios básicos.

  1. Claridad y concisión: En un contexto de limitada conectividad o de atención fugaz, la ambigüedad es el enemigo. Un mensaje claro, directo y desprovisto de rodeos innecesarios tiene más probabilidades de ser recibido y comprendido correctamente. Vaya al grano.
  2. Escucha activa y empatía: La comunicación no es un monólogo. Es crucial escuchar, no solo lo que se dice, sino lo que se calla. En el periodismo, esto significa ir más allá de la nota oficial, buscar las diversas voces de la comunidad y entender sus preocupaciones. A nivel social, implica escuchar para comprender, no solo para responder.
  3. Verificación y ética: En la era de la desinformación (fake news), la comunicación responsable se basa en la verdad y la honestidad. Antes de transmitir o compartir, la máxima periodística de verificar las fuentes debe ser adoptada por cada ciudadano. La ética se convierte en el filtro indispensable contra la manipulación y el rumor.
La importancia en el Holguín de hoy

¿Por qué es esto tan vital ahora? La comunicación es el motor de la participación ciudadana. En nuestra sociedad, una comunicación efectiva, transparente y bidireccional entre las instituciones, los medios y la población, es esencial para generar confianza, movilizar esfuerzos y abordar los problemas colectivos.

Cuando la información fluye con honestidad y los canales de retroalimentación funcionan, la gente se siente valorada y participa activamente en la búsqueda de soluciones, sean estas productivas, sociales o económicas.

Por el contrario, la falta de comunicación o la opacidad crean vacíos que son llenados rápidamente por la especulación y el descontento. En un momento de desafíos, la comunicación debe ser un puente y no una muralla.

Adoptar una comunicación más consciente, clara y ética no es solo una buena práctica; es una necesidad urgente para fortalecer el tejido social y avanzar como comunidad. Hagamos del diálogo respetuoso y la información verificada la base de nuestro día a día. El cambio comienza, siempre, con lo que decidimos decir y, sobre todo, con la intención con que lo hacemos.

Infografía Comunicación

Alvaro Raúl Suárez Leyva