La incompetencia en el Starfish Guardalavaca

El turismo, desde hace varios años, se ha convertido en la principal fuente de divisas extranjeras de Cuba, y es una garantía para asegurar  la adquisición de insumos que dan vitalidad a servicios básicos de la sociedad como la compra de alimentos, medicinas, combustible, insumos para el sector de la educación, entre otros productos.

Pero hoy pondremos la lupa en la atención y protocolos que se ofrecen a clientes nacionales, o mejor dicho abordaremos algunos de los tantos maltratos, malos ratos de la cual fue víctima éste reportero en el hotel de nuevo tipo Starfish Guardalavaca en la provincia de Holguín, una instalación que posee doble gerencia al ser administrado por Cubanacán, parte cubana, y por la extranjera la cadena Starfish.

Pero, ¿quieres saber lo que sucedió recientemente en esta instalación hotelera? Pues siéntese cómodo y lea bien, porque podría asegurar que algún que otro holguinero ha visitado a este hotel o al menos, una vez, y se ha llevado varios chascos y decepciones por causa de la incompetencia.

Es verdad que tenemos dificultades por el bloqueo económico, financiero y comercial que ha provocado desabastecimiento y carencias que mellan la feliz estancia en cualquiera de los hoteles de nuestra industria turística, pero de ahí a convertirla en todo lo contrario, eso si deja mucho que decir, y el entusiasmo de repetir la estancia es lo menos que deseamos.

Pienso que en la llamada industria sin chimeneas de la mayor de la Antillas se trata de sumar y no restar, ante la caída de visitantes extranjeros y nacionales de otras temporadas turísticas.

La situación que encontré allí, durante mi estancia, es que sí el despegue del turismo depende de algunos incompetentes en el sector turístico de la provincia de Holguín, considero que no tendremos el ansiado retorno de los cuatro millones de turistas que logramos en otros años, lo cual favoreció mucho a un buen momento de la economía cubana.

Hay muchos empleados del turismo que son ejemplos de profesionalidad, aunque hay otros que los considero no idóneos para laborar en esta industria donde la exquisitez  y el buen trato son el sello para pasar unas vacaciones placenteras y ser una invitación para regresar a Holguín.

Recientemente reservé para celebrar y pasar una noche en el hotel Starfish Guardalavaca, donde llegué después de hacer una reservación on line. La reserva estaba a nombre de este reportero y fue completada con éxito en internet al cobrar el servicio la agencia de viajes Havanatur, lo cual me corrobaron a través de un correo electrónico.

Cuando llegué sobre las 05:00 pm, hora local, luego de hacerse difícil mi viaje por la situación crítica del transporte, me informa en la recepción la comercial, María Isabel que no había capacidad en el hotel y me expresó: “lo siento mucho señor”.

Le respondo a la comercial: “pero ¿cómo! Si me reserva esta activa. Luego continué mis averiguaciones y, aunque conozco como proceder, en estos casos, le digo: “Seño, usted debe asumir mi estancia tanto en este hotel, como en otro, u optar por un desvío hotelero para una instalación con categoría superior a lo pagado y la diferencia monetaria la debe abonar el hotel con dificultades de capacidad, y el cliente, por su parte, siempre tiene la razón.

María Isabel siguió su postura de mal atenderme al mantener su criterio de la no existencia de habitación para mi reserva y me recalcó que no podía hacer nada por mí.

Ya a las 06:00 pm me sentía impotente ante semejante maltrato, inseguridad y quizás otros estados de ánimos. Me comunico de inmediato con la agencia Havanatur y me confirman que la reserva está bien hecha desde la oficina central.

María Isabel prosiguió empecinada en cancelar mi reserva. En este caso lo que orienta el protocolo es tramitar, ayudar, servir, esperar, opciones de trato que, al parecer, ni ella misma conoce, pero la realidad es que me dejaron fuera de mi reservación, e incluso la comercial llamó a la seguridad para que saliera de la instalación.

Luego de mi gestión personal, cerca de las 10:00 pm, con el representante nacional de Havanatur, quien llamó al hotel para exigirle a la Comercial que asumiera mi reservación fue que se me atendió y se comprendió la situación, pero ya había pasado el horario de la cena, por lo cual me quedé sin comer allí.

Aunque el turismo extranjero ha decaído considerablemente en este 2025 y al turismo cubano se le ofrece estas capacidades en dólares para mantener los ingresos de la también llamada industria del ocio, necesarios para recuperarnos de la crisis económica por la cual atravesamos actualmente.

Ante esta situación me pregunto: ¿hasta cuándo tenemos que seguir tolerando la ineptitud e incompetencia como la de la comercial del hotel Starfish de Guardalavaca? ¿Por qué el maltrato a nuestra propio pueblo? ¿Por qué no atender mejor al huésped nacional con cortesía y buen trato ante esta situación para que sea una invitación al regreso?

Sugiero que el Grupo Hotelero Cubanacán, junto a todos los implicados en esta penosa situación, comprueben la idoneidad y capacidad profesional de los trabajadores para ocupar un puesto en un hotel de esa cadena de turismo, y contribuyan mejor en el trato amable.

No se disculparon con este huésped ni tampoco hubo un acercamiento afectuoso para resarcir el maltrato que sufrí allí.

No apareció el gerente general del Starfish de Guardalavaca ni las relaciones públicas, ni el representante extranjero de la firma, quien se encontraba en La Habana. Solo un supervisor español llamado Andrews, el cual me atendió sin mucho esmero, y en el caso de la comercial María Isabel, quien me dijo que cuidara mis palabras y vociferó un sin número de palabras que mejor ni les digo.

Pienso que una persona como María Isabel no debería desempeñarse en ese puesto de trabajo y darle esa plaza para otro personal más profesional que provoque el regreso del turismo a esta instalación.

Es ilógico que un turista con reservación cuando llegue a la recepción , en vez de aceptar su reservación sea expulsado, lo cual demuestra un trato inapropiado y redundará en menos turistas ante semejante maltrato, espero que los directivos del turismo tomen las decisiones correctas ante esta crítica periodística.