Cuba alzará su bandera en la antesala de Asunción 2025

Las banderas de 41 países, incluida la de Cuba, ondearán hoy en la Plaza del Comité Olímpico Paraguayo, durante el acto simbólico que da la bienvenida oficial a los II Juegos Panamericanos Júnior de Asunción 2025.

Como dicta la tradición olímpica, el izamiento de los pabellones es más que una formalidad: representa el abrazo inicial de un continente que se une en torno al deporte.

Cuba, con su estirpe de grandeza y una delegación compuesta por 231 atletas, vuelve a decir presente; la enseña nacional se alzará con la dignidad de quienes llevan siglos de historia en sus venas y sueños frescos en la mirada.

La capital paraguaya vive una transformación; el bullicio de los aeropuertos, las avenidas vestidas de banderas, los voluntarios alborotados de entusiasmo y las notas de música folclórica que brotan en cada rincón anuncian que algo grande está por comenzar.

Mañana, en el mítico estadio Defensores del Chaco, se encenderá la llama de la juventud, la misma que corre, salta y sueña con cambiar el mundo desde una pista o un tatami.

Los Juegos Panamericanos Júnior, más que una competencia, son el espejo donde se reflejan las nuevas potencias del área.

Países como Brasil, México, Argentina y Chile llegan con nutridas delegaciones y figuras que ya saben lo que es brillar en torneos continentales y mundiales.

Cuba, pese a sus desafíos económicos, mantiene firme su apuesta por el talento joven, la formación deportiva y el espíritu de superación.

La ciudad de Asunción se ha preparado con esmero; más de cuatro mil atletas competirán del 9 al 23 de agosto en 28 deportes y 42 disciplinas, y miles de visitantes ya caminan sus calles en busca de emoción, cultura y fraternidad.

El izamiento de banderas de esta tarde será, entonces, el inicio visual de una fiesta que promete dejar huella.

Y entre todas las enseñas que bailarán con el viento paraguayo habrá una que ondeará más fuerte en los corazones de los cubanos: la bandera de la estrella solitaria, esa que vuelve a flamear con dignidad en nombre de un país que, aun en la adversidad, nunca ha dejado de competir, ni de soñar.

Con información de ACN