Es una política obsoleta la que está desarrollando el gobierno de Donald Trump contra Cuba con sus 243 medidas que afectan también al turismo, la primera industria de la nación antillana, al igual que a otras esferas de la economía de la mayor de las Antillas.
El empresario presidente está mal asesorado con la política hacia La Habana, porque si analiza bien hace más de 60 años que la están aplicando sin el resultado esperado de destruir al sistema político, que pretende construir un proyecto socialista.
¿Y si le dijeran a Trump, o si este analizara mejor la situación, que lo peor que le puede hacer a Cuba es terminar con el bloqueo económico, financiero y comercial? Si, porque el bloqueo ha sido una justificación, de algunos funcionarios y empresarios, de la ineficiencia de sectores que llevan más de 10 años siendo ineficaces y la industria azucarera es el mejor ejemplo.
Pero hoy solo hablaré de la llamada industria sin chimeneas.
Turoperadores, agentes de viajes y profesionales de los viajes coinciden hoy en que Cuba tiene ante sí un gran reto para recuperar este importante sector. Ello se debe a las esperanzas depositadas en cuanto a ver al turismo como la tan mencionada locomotora de la economía insular, lo que tiene fuertes barreras.
Prensa Latina, la ACN, y el diario Granma se apoyan en versiones recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei).
Señalan los informas de la Onei que el Turismo en Cuba descendió 25 por ciento al cierre del primer semestre del año, cuando el país recibió 981 mil 856 visitantes de enero a junio. Esta cifra representa 327 mil 799 menos que en el mismo periodo del año anterior, reproduce –por ejemplo- Cubasí.
Canadá se mantiene como el principal mercado emisor, con 428 mil 125 viajeros, aunque el número equivale solo al 75 por ciento de lo registrado en 2023.
La caída afecta a casi todos los países de origen: Rusia, Alemania, Francia y España reportaron disminuciones del 56,5 por ciento, 64,1 por ciento, 73,6 por ciento y 73,8 por ciento, respectivamente.
Estados Unidos también experimentó un retroceso del 80,6 por ciento, mientras que la comunidad cubana en el exterior redujo sus visitas en 77,6 por ciento, con 120 mil 423 viajeros. Solo en junio, Cuba recibió 119 mil 513 turistas.
Colombia fue la única excepción, con un leve incremento del 2,4 por ciento, equivalente a 388 viajeros adicionales. México y Argentina mostraron cifras más bajas, con 26 mil 702 y 23 mil 862 turistas, lo que representa el 87,6 por ciento y 92,9 por ciento de lo registrado el año anterior.
El ministro de Turismo, Juan Carlos García, destacó durante una visita a Colombia la necesidad de estimular la conectividad en la región para reactivar el sector. Su gira formó parte de una estrategia gubernamental para revitalizar el turismo, afectado por la crisis económica.
Granda afirmó que Cuba busca reforzar mercados tradicionales como Colombia, México y Brasil, mientras explora oportunidades en Asia y Medio Oriente.
Lo que indica que pese a las bajas cifras, y los problemas para la recuperación turística, los directivos y empleados del sector mantienen un fuerte esfuerzo para llevar adelante el turismo, con recias campañas de promoción en el mundo y destaque de eventos de relevancia en el país, capaces de atraer las miradas de los turoperadores y agentes de viajes.
El turismo es clave para la economía cubana, ya que contribuye al producto interno bruto (PIB) y genera divisas, solo superado por los servicios profesionales y las remesas.
En 2022, Cuba recibió un millón 600 mil turistas, cifra que aumentó a 2,4 millones en 2023, pero en 2024 el número descendió a dos millones 200 mil, según datos oficiales.
El país llegó a recibir de promedio anual más de cuatro millones de visitantes y estuvo muy cerca de su récord de cinco millones, meta que no se pierde de vista.
Por tanto, el optimismo caracteriza todos los planes y gestiones en la isla, para enfrentar los grandes escollos que se anteponen, coinciden los principales directivos encuestados.
El turismo de Cuba hacia el exterior
Está pasando lo contrario como una extraña paradoja. Y es que el turista cubano ya no quiere ir a Varadero sino a Punta Cana, República Dominicana, y la cifras lo ejemplifican: durante el primer semestre de 2025, 43 mil 218 isleños visitaron República Dominicana como turistas, según cifras oficiales del Ministerio de Turismo dominicano.
Solo en junio de 2025, 19 mil 542 cubanos viajaron desde el archipiélago, marcando un récord histórico para ese mes en los registros.
Punta Cana encabeza los destinos preferidos, seguida por La Romana y Puerto Plata. Estas zonas combinan playas paradisíacas, infraestructura con todo incluido, cercanía y facilidades de visado, especialmente diseñadas para ciudadanos cubanos.
La mayoría de estos viajes han tenido como principal propósito el reencuentro familiar con sus amigos y familiares, radicados en EE.UU. Cubanos residentes en la Isla han utilizado destinos como Punta Cana para reencontrarse con sus seres queridos, aprovechando la cercanía, las facilidades de visado y la infraestructura turística de República Dominicana tras años de separación.
Este fenómeno ocurre mientras el turismo hacia Cuba se desploma: entre enero y junio de 2025, la isla recibió un 25 por ciento menos de visitantes que en el mismo periodo de 2024.
El desplome, en esencia, se debe a la agresiva política de Washington al prohibirle la entrada a Estados Unidos de los empresarios y sus familiares que invierten en la industria de ocio, igual lo hacen con las líneas aéreas y el turismo de transatlántico.
Cuba sigue siendo un lugar prohibido para el ciudadano estadounidense que quiere conocer y disfrutar de la cultura, la gastronomía, el arte, la historia y las opciones de las playas de arenas finas y aguas cristalinas.
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