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Verano saludable: Prevención ambiental y cuidado sanitario

En Holguín durante el verano se intensifican los problemas ambientales que afectan la salud pública. El intenso calor, la humedad y el deterioro de la higiene comunal se combinan, generando condiciones propicias para la proliferación de enfermedades, especialmente aquellas asociadas a la contaminación del agua, la mala conservación de alimentos y las altas temperaturas.

Estos problemas ambientales incrementan la vulnerabilidad de la población exacerbando enfermedades respiratorias, digestivas e infecciones por arbovirosis.

El clima cambiante y el calentamiento global tienen en el verano un impacto significativo en el bienestar de la población. La sequía extrema está alterando los patrones de cultivo y contribuye a la escasez de agua potable y de alimentos básicos.

El estado de la infraestructura hidráulica y las dificultades para hervir o clorar el agua son también aspectos a tener en cuenta para prevenir contagios de enfermedades digestivas como la diarrea aguda, la salmonelosis, la shigelosis y la hepatitis A, advertía recientemente el director nacional de Epidemiología del Minsap en Cuba, el Dr. Francisco Durán.

En ese sentido, la gestión del agua es una prioridad en la prevención de enfermedades durante el verano pues en muchas comunidades, el suministro de agua potable es irregular, lo que puede llevar a su almacenamiento inadecuado y, por ende, a la creación de criaderos de mosquitos y otros peligros para la salud.

Durante el verano se incrementan los factores ambientales que fomentan la proliferación de bacterias y virus, aumentando el riesgo de enfermedades digestivas y respiratorias.

Ante estas circunstancias, resultan elementales las medidas sanitarias de prevención para proteger la salud pública durante la etapa estival. Una de las principales estrategias es la movilización de campañas de educación y concientización sobre la importancia de reforzar la vigilancia epidemiológica en los meses de verano.

Esto implica el monitoreo constante de los casos de enfermedades recurrentes durante los meses de julio y agosto y la recopilación de datos necesarios para identificar brotes e implementar respuestas efectivas. Asimismo, continúan los esfuerzos para promover hábitos saludables entre la población.

Mediante la implementación de medidas sanitarias integrales, que incluyen por ejemplo la educación comunitaria, el control de vectores y la mejora del acceso al agua, se busca mitigar riesgos de epidemias y proteger la salud de la población en esta delicada etapa del año.

La colaboración entre el Gobierno y la sociedad civil será esencial para enfrentar estos retos y garantizar un verano más seguro para todos.

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Yamila Pupo Otero
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