Cómo es la vida diaria de un cubano en medio de estos apagones, por insuficiencias de combustible o roturas en las termoeléctricas, te podrías preguntar si eres un español, un mejicano, un francés, un ruso, un chino o un australiano o de cualquier parte del mundo.
Lo cierto es que a ningún cubano le gusta los cortes eléctricos, porque estamos habituados a la comodidad de la vida moderna, como todo ser social que disfruta de las bondades de la tecnología creada y desarrollada para vivir con calidad de vida en este siglo XXI.
Sin electricidad no existe vida moderna porque no podemos trabajar con la computadora ni disfrutar del aire acondicionado, no podemos encender el microwave ni la freidora de aire y el agua fría, los vegetales, las carnes congeladas y el pan guardados en el refrigerador no puede durarnos todo lo que quisiéramos.
Lo cierto es que las consecuencias del bloqueo económico, financiero y comercial de las diferentes administraciones que han gobernado los Estados Unidos de América nos ha llevado a vivir años de muchas carencias en la economía, pero hemos sobrevivido gracias a buscar soluciones inteligentes.
Pero la culpa no la tiene solo este bloqueo de Washington sino también las consecuencias de los errores que se han cometido, a lo largo del desarrollo de la economía socialista, que eliminó en sus primeros años algunos trabajos privados por cuenta propia, cuando este no era realmente rezago de una economía capitalista.
Fue así como un barbero y un carpintero se convirtieron en empleados del Estado cubano, cuando desde el inicio de estas profesiones, en el desarrollo de la humanidad, fueron trabajos por cuenta propia.
Actualmente esta política ha cambiado y estas profesiones, como cientos de otras, han regresado a la esfera privada, y así el Estado cubano se ha liberado de la gran carga de salario que debe pagar a sus empleados públicos.
También ahora si en un hogar en Cuba existen seis miembros y todos ellos necesitan un permiso para trabajar como cuenta propia o en una mypimes pueden hacerlo para extender este modo de empleo, algo que antes solo se permitía a uno solo de esos seis por el hecho de vivir bajo el mismo techo.
Y así la economía cubana, poco a poco, ha dado pasos para desmantelar un Estado empleador de todos y utilizar esos recursos financieros para comprar más petróleo para el funcionamiento de las termoeléctricas y poder desarrollar y mantener los sistemas educativos y de la salud, símbolos del socialismo cubano.
Pero ¿cómo hacemos los cubanos para sortear estos apagones que solos nos permiten unas 10 horas de corriente por estos días?
Me puedo poner de ejemplo. En este momento estoy escribiendo esta crónica y tengo encendida mi freidora de aire donde aso un contra muslo de pollo, en la olla arrocera está cocinándose un arroz amarillo y la hornilla eléctrica me está ablandando unas yucas.
Y hago todo esto al mismo tiempo en mi hogar, gracias a que teletrabajo desde mi casa, y juego con el horario que tengo corriente desde las seis de la mañana hasta la 12:00 pm. Cocino para el resto del día para solo calentar la comida en mi microwave cuando llegue la hora de la cena y así ahorrar el gas licuado escaso también por estos meses.
En tiempos de huracanes las empresas estatales con grupos electrógenos o favorecidos con energía por la creación de “una isla”, entiéndase un circuito pequeño con electricidad, ha posibilitado a muchos a cargar celulares, lámparas, grandes baterías o se utilizan las neveras para ayudar a conservar los alimentos congelados de las familias de los empleados.
También conozco de cierta empresa donde un jefe autorizó a una empleada traer su olla de presión eléctrica para que cocinara para su familia que no tenía otros medios artesanales de cocción.
Ante la escasez de gas licuado los cubanos optamos por la utilización del carbón vegetal, la leña seca, o trasladamos la cocción de alimentos para la madrugada gracias a que las ollas arroceras y de presión eléctricas son programadas al igual que las lavadoras completamente automáticas.
Ya no es extraño ver en un hogar cubano lavar a las tres de la madrugada o cocinar a las seis de la mañana o aprovechar el horario de corriente para hacerlo todo antes del corte eléctrico programado.
Los cubanos, habituados al invento para sobrevivir a las crisis económicas cíclicas, utilizan las baterías de las motorinas para conectar el televisor y ver la telenovela brasileña “Vidas ajenas”, y así desconectar del estrés provocado por la situación.
El timbre de la freidora me acaba de avisar que ya está asado mi pollo y voy hacia la olla arrocera y se lo tiro arriba del arroz amarillo para que me conserve el calor y poder comer caliente mi almuerzo este jueves.
Lo estrategia del cubano es luchar por vivir bien, en medio de la tensa situación energética, y así están equipándose de fuentes alternativas de energía acumulada como son las baterías eléctricas que se pueden cargar con corriente o energía solar.
Otros sin posibilidades de adquirir estas modernas baterías han optado por plantas eléctricas que trabajan con gasolina o han convertido acumuladores de autos, con un convertidor, en una fuente alternativa de corriente para el hogar y poder dormir con un ventilador, alumbrar la casa y disfrutar de la televisión o la conexión de la computadora con internet.
Eso sí al cubano quizás le pueda faltar la corriente, pero no la conexión de internet, y digo esto porque son muchos los adictos a los teléfonos inteligentes, que les facilitan la navegación por las redes sociales y así puedes oír a un cubano, en medio de un apagón nocturno, en la terraza de su casa conversando por el Wasap con su familia de EE.UU.
“Hola mi vida, aquí en el apagón hasta las doce de la noche, cómo están mis niñas, muy rico el condimento Goya que me mandaste, en el próximo envío me mandas más pero con sabor a jamón que me gusta más, y un poquito con bijol para cocinarle el arroz amarillo que tanto le gusta a tu abuelo”, se le oye decir a mi vecina Aimé encima del techo de su casa para buscar mejor cobertura de la 4G.
Las inventivas para seguir sobrellevando los problemas actuales han llevado a crear antenas para potenciar la señal del celular, dentro de las casas, y mantener la comunicación con baja cobertura del móvil, el cuarto miembro de los cubanos.
Me quedan 44 minutos de corriente y tengo que terminar esta crónica para publicarla antes de que llegue el apagón de las 12 meridiano hasta la seis de la tarde.
Estamos tan habituados a esta situación que nos ha preparado para las situaciones más críticas, al existir en medio de una economía de guerra, pero seguimos en pie porque esta vida es corta, pero es bella y vale la pena vivirla.
- Harry Belafonte y el pago de una novatada (+ Video) - 27 de abril de 2025
- Prenderle fuego a la lluvia (+ Video) - 26 de abril de 2025
- Historias de vida y apagones - 24 de abril de 2025