Doctora Ana Patricia Rivas Naranjo
Doctora Ana Patricia Rivas Naranjo. Foto cortesía de Yamila Fernández

Ana Patricia, ejemplo de entrega en el sector de la Salud

Como decía José Martí, agradecer es un gusto, hay quienes inclinan la frente al encontrarse con profesionales de la Salud que atienden con tanto esmero a los pacientes y de manera muy particular cuando se trata de menores, como la Dra. Ana Patricia Rivas Naranjo, vice directora clínica del Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja.

Esta apasionada mujer se entrega de cuerpo y alma a la profesión que soñó desde la infancia, cuando jugaba a ser doctora; tras sus estudios en la Universidad de Ciencias Médicas Lucía Íñiguez Landín recibió su título hace seis años, pero no detuvo la marcha hasta vencer la especialidad en anestesiología de reanimación.

Hay que ser muy fuerte emocionalmente para atender a niños con enfermedades oncológicas y otras patologías, en medio de las limitaciones materiales que ocasiona el bloqueo estadounidense, pero se imponen el amor, la sensibilidad humana y conocimientos de nuestros trabajadores, como se reconoce, no sólo en Cuba, sino en los países donde prestamos misiones de cooperación, acotó la joven especialista.

Dra. Ana Patricia recibe donación de Canadá
Momento en que la Dra. Ana Patricia recibía una donación de medicamento, de manos de la solidaria estadounidense Gloria la Riva, coordinadora del proyecto Hatuey. Foto cortesía de Yamila Fernández

Gracias a la ayuda que brindan personas y agrupaciones desde diferentes partes del mundo se pueden salvar vidas de pequeños con enfermedades muy agresivas, a cuyas atenciones se consagran los trabajadores del pediátrico holguinero para quienes nada es más importante que verlos recuperarse y sonreír.

Reconoce la Dra. Ana Patricia que es tanto el amor, la entrega y pasión con que se atiende a los menores en la sala de oncohematología, que hay profesores, médicos y enfermeras quienes, una vez jubilados, se reincorporan al centro asistencial. Esa actitud la agradecen el colectivo y los familiares de los pacientes.

Mujer, perpetuo arcoíris

Bendecida por la naturaleza, esta excelente profesional y comunicadora, no puede disimular la emoción y pasión que siente al disertar sobre su hospital, sus compañeros de trabajo y, especialmente, los niños, cuando regalan una sonrisa, quizás como la mejor manera de agradecimiento que conocen.

En la sede provincial del Icap me inspiró su profesionalidad, al explicar los beneficios que reportan algunos medicamentos provenientes de Canadá y del Proyecto estadounidense Hatuey, cuyos gestos agradeció.

Ana Patricia me confesó que la vida la premió con una linda familia, pues sus padres, ingeniero industrial y educadora, formaron los valores que la distinguen y para completar, tiene un maravilloso hijo de tres años de edad, cuya paternidad comparte con el también doctor, José Alejandro Cobas, especialista en ortopedia y traumatología.

Para más señas, precisó que, como innovador, confeccionó con medios propios un instrumento para cirugías de rodillas, con el apoyo del hospital y un buen tornero, cuyo proyecto anirista ya ha sido patentado.

Por sus incuestionables méritos y a propósito del Día Internacional de la Mujer, hay que reconocer que, Ana Patricia es ejemplo de entrega en el sector de la Salud.

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