excesiva, Hipocondriasis
La preocupación desorbitada por sufrir enfermedades que no se padecen realmente, se denomina hipocondría. Foto tomada de Internet

Hipocondriasis: excesiva y angustiante preocupación por la salud

Las personas hipocondríacas presentan una excesiva preocupación por su salud, temor a la muerte, y constantemente se están autoobservando las funciones corporales. Cualquier manifestación intrascendente en su cuerpo la interpretan como algo que puede comprometer su vida. ¿Quieres saber si eres una persona potencialmente hipocondríaca?

Te invito a que respondas las siguientes preguntas. Las respuestas son dicotómicas: Sí o No.

1- ¿Cuando alguien te dice que padece una enfermedad empiezas a encontrarte síntomas iguales, o parecidos, y piensas que tienes la misma patología?

2- ¿Cuando escuchas hablar de enfermedades te pones mal, con ansiedad, miedo o angustia?

3- ¿Cuándo percibes algo inusual en tu cuerpo como mareo, un dolor muscular o de cabeza, piensas que algo va mal, te angustias y tienes que ir al médico de inmediato?

4- ¿Visitas, debido a un mismo síntoma o malestar, a más de dos, o tres facultativos?

5.- ¿Buscas con frecuencia en Internet sobre diagnósticos que crees presentar?

6- ¿Cuando tienes una molestia o síntoma, te lo chequeas, tocas o miras constantemente?

7- ¿Las personas que te rodean piensan que tu actitud y preocupación ante las enfermedades es exagerada?

Si de las siete preguntas respondiste afirmativamente tres o más, es muy probable que tengas un problema de hipocondriasis.

Hipocondriasis
La persona hipocondríaca dedica la mayor parte de su vida a estar enfermo. Trata de llamar la atención a través del sufrimiento. Foto tomada de Internet
¿Qué es la hipocondriasis?

Esta consiste en la preocupación, el miedo o el convencimiento de sufrir una enfermedad grave a partir de la interpretación no realista de signos o sensaciones físicas. Perceptores exagerados de las sensaciones corporales los hipocondríacos las amplifican en su mente, con lo que desencadenan torturantes rumiaciones mentales de tipo catastrófico, que les provocan una sensación de amenaza y temor constante.

El hipocondríaco se caracteriza por una letanía de quejas diversas, confusas y sin mucho sentido. Los lugares más comunes son las vísceras abdominales, el pecho, la cabeza y el cuello, pero pueden estar en cualquier parte del cuerpo o a manera de una sensación generalizada de fatiga y malestar. A veces se presenta una curiosa mezcla de quejas específicas y minuciosas con otras más difusas y vagas.

Otros hechos menos obvios y más sutiles caracterizan la conducta del paciente. Este presenta sus quejas con detalles extensos y con una presión urgente e insistente de hablar. Puntualiza sus síntomas señalando las partes afectadas, o demostrando lo que considera una alteración de funcionamiento, o señalando una lesión estructural, por lo general pequeña e insignificante.

Sus pensamientos están totalmente centrados en sus quejas corporales, o en sus intentos sin éxito por encontrar ayuda y alivio. Utiliza los términos médicos que ha ido adquiriendo en sus previos contactos con facultativos o por sus frecuentes lecturas de textos y artículos médicos. Está preocupado y ansioso. Es característico que persista en la intranquilidad a pesar de habérsele dado la información médica apropiada y un apoyo total sobre su salud.

Algunos pacientes desarrollan un patrón de visitas médicas frecuentes, otros se adhieren a un solo especialista al que consultan repetidamente con el menor pretexto, y están los que vagan de un médico a otro realizándose interminables exámenes y evaluaciones.

Es importante reconocer que muchos hipocondríacos provocan en sus médicos sentimientos de frustración y resentimiento, lo que hace difícil que se les atienda con objetividad. La tendencia a remitir a este tipo de pacientes a un colega o a otro clínico fortalece, sin duda, su ya natural inclinación a las consultas múltiples.

Trastorno Somatomorfo, término actual para la hipocondriasis

El trastorno somatomorfo reemplaza varios diagnósticos utilizados anteriormente, como el trastorno de somatización, la hipocondría, el trastorno somatoforme indiferenciado y otros relacionados. Todos ellos implican somatización, es decir, la expresión de factores mentales en forma de síntomas físicos, por ejemplo: dolor, debilidad, fatiga, náuseas u otras sensaciones corporales. La persona puede sufrir o no un trastorno físico que causa los síntomas o que contribuye a su aparición.

Los médicos acostumbraban diagnosticar este tipo de trastorno de salud mental (denominado a veces trastorno psicosomático) cuando la persona refería síntomas físicos que no se explicaban mediante un trastorno físico. Sin embargo, dicho enfoque es problemático por varias razones:

A veces resulta difícil para el médico determinar si una persona sufre o no un trastorno físico.

Por lo general no es adecuado establecer un diagnóstico de trastorno mental simplemente porque los médicos no pueden encontrar una causa física para los síntomas. Podría ocurrir que los resultados de las pruebas fueran erróneos o que se hubieran utilizado pruebas equivocadas.

Muchas personas pueden sufrir un trastorno físico, pero es posible que su reacción a los mismos sea tan excesiva o inapropiada que lleve a considerar que sufren también un trastorno de salud mental.

El hecho de distinguir entre los síntomas físicos y los mentales hace en ocasiones que la persona piense que el médico no cree que sus síntomas sean reales.

Debido a esto, en la actualidad los médicos basan el diagnóstico de trastorno somatomorfo en la respuesta de la persona ante sus síntomas o sus problemas de salud.

El principal criterio para diagnosticar el trastorno somatomorfo es que la preocupación de la persona por sus síntomas físicos sea tan fuerte que provoque una angustia considerable e interfiera con el desarrollo de sus actividades diarias.

Debe tenerse claro que las personas con esta afección no producen los síntomas de forma intencionada. Muchas de ellas no se dan cuenta que sufren un trastorno de salud mental, y están convencidas de que sus síntomas tienen una causa física que requiere atención médica. En consecuencia, por lo general siguen presionando a los médicos para que les repitan las pruebas o prescriban pruebas adicionales aunque tras una evaluación exhaustiva no se haya detectado nada en absoluto o nada realmente grave.

Hipocondriasis
Los hipocondríacos mantienen preocupación permanente por la autobservación de su cuerpo y por la aparición de múltiples enfermedades. Foto tomada de Internet
Diagnóstico de trastorno somatomorfo

El diagnóstico se realiza en base a criterios específicos. Estas son las pautas más importantes:

· La persona presenta síntomas que le preocupan en exceso y/o perturban su vida diaria.

· Piensa constantemente en la posible gravedad de sus síntomas.

· Se siente extremadamente preocupada por su salud, lo que le provoca ansiedad y angustia.

· Invierte una cantidad excesiva de tiempo y energía en los problemas de salud.

· Los síntomas persisten a pesar de que los médicos le explican que los exámenes realizados no arrojan resultados alarmantes.

Para determinar si los síntomas se deben a un trastorno físico, los médicos llevan a cabo una exploración a fondo y a menudo solicitan pruebas.

Este trastorno se puede pasar por alto en los adultos mayores, debido a que ciertos síntomas, como la fatiga o el dolor, se consideran parte del envejecimiento o debido a que la preocupación se considera comprensible en las personas mayores, que suelen presentar varios problemas médicos graves y toman muchos medicamentos.

El tratamiento de elección es la terapia cognitivo-conductual

Incluso cuando la persona mantiene una buena relación con su médico de atención primaria se le suele derivar a un psiquiatra. La psicoterapia, en particular la terapia cognitivo-conductual, es el tratamiento más eficaz.

A la persona con trastorno somatomorfo le beneficia mantener una relación de apoyo y confianza con su doctor, que puede coordinar la atención médica, ofrecer tratamientos para aliviar los síntomas, visitarla con regularidad y evitarle pruebas y tratamientos innecesarios.

Sin embargo, el profesional también debe permanecer alerta ante la posibilidad de que la persona, en algún momento, pueda desarrollar un trastorno orgánico que requiera una adecuada valoración y tratamiento. No se debe suponer automáticamente que los síntomas nuevos y diferentes estén causados por el trastorno somatomorfo.

Resumen:

Las personas hipocondríacas presentan síntomas que le preocupan en exceso, piensan frecuentemente en la posible gravedad de sus malestares, se sienten inquietas por su salud, lo que les provoca ansiedad y angustia. Actualmente se diagnostican con el término Trastorno Somatomorfo.

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