Hebe de Bonafini, líder, madres de Plaza de Mayo, Argentina
Hebe de Bonafini. Foto: Cedoc Perfil/Archivo

Hebe de Bonafini: en la Argentina no hay justicia

Recuerdo cuando viví en Argentina que quería conocer a Hebe de Bonafini, la entonces presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, y logré su teléfono y contacté con ella, quien muy gentilmente me estaba esperando en su casa en la ciudad de La Plata a la hora y el día acordado.

Conversamos más de una hora sobre Evita Perón, el Che, Fidel Castro, Carlos Menem, Juan Pablo II, la actualidad política de Argentina y sobre el valiente trabajo que hicieron y hacen estas madres, que la dictadura no pudo doblegar, y cuyo reclamo de justicia ante los miles de sus hijos que desaparecieron se cumpliera en esa nación.

Hebe, partió a la eternidad el 20 de noviembre de 2022, pero su vida como líder de las Madres argentinas es siempre recordada, aun con sus contradicciones, por su incansable labor para buscar a los hijos desaparecidos y sus nietos entregados a otras familias.

Aquella larga conversación derivó en una entrevista finalmente premiada en el Festival Provincial de la Radio de 1999 y fue trasmitida primero en la revista informativa Contigo, de Radio Angulo, y luego en otros espacios importantes de la Radio Cubana.

Ahora, tras los convulsos momentos que vive Argentina, luego de la condena a la expresidenta Cristina Fernández por una supuesta trama de corrupción, quiero rememorar algunos fragmentos de aquella conversación por su actualidad política.

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Hebe junto a la entonces presidenta Cristina Fernández. Foto: La Nación/Archivo

El futuro depende de que no se olvide el pasado, ¿qué hacen ustedes como Madres de Plaza de Mayo para que se cumpla esto?

-Nosotros hablamos de una memoria fértil. No de una memoria para acordarnos del horror. Y la fertilidad tiene que ver con la reproducción y en reproducir permanentemente lo que pasó para que no vuelva a suceder. Para llamar a la conciencia y a un presente más sólido políticamente.

Y las madres lo que hacemos es construir entre los jóvenes. Plantar entre la juventud que la política es la mejor acción del hombre. Y explicarles a ellos que no se puede decir que no hago política, porque es la peor cosa, pues la que la corrompe son los hombres y no la política en sí.

Se puede hacer política con ética y principios. Nosotros nos apropiamos de las calles, de las plazas, lugares públicos que son nuestros, y que es ahí donde el pueblo desarrolla su batalla.

Nosotros decimos que somos una tempestad que agita todo el tiempo. Así que las madres lo que hacemos es apuntar a los jóvenes hablándoles a ellos. Preparar actividades culturales para ellos. Mostrarles que la cultura tiene que ver con todo el proyecto de desarrollo de una política revolucionaria.

Creemos que es posible la Revolución, pero para hacerla tiene que existir el hombre revolucionario. No se puede hacer publicando un libro y, menos, hablando en un café.

¿Qué pasará el día que muera la última madre?

-Eso es medio imprevisible. Nosotros conocemos muchos jóvenes que tienen ya nuestra ideología y cómo hacer política con principios y saben que las Madres de Plaza de Mayo creemos en el socialismo, conocen cómo compartir y repartir la justicia social.

Si vivimos unos cuantos años más, que espero que sí, vamos a estar mucho más sólido en esto. Sobre todo la formación del dirigente, que sean intenso y sientan como hombres maduros en su juventud como nuestros hijos que lo eran  con veinte años. Son las expectativas que tenemos las madres y la tarea que nos hemos impuesto.

Hacemos reuniones con los jóvenes. Ellos están desilusionados con los partidos políticos argentinos, porque se sienten utilizados; y bueno esta es la tarea fundamental y creo que el día que no haya más ninguna madre ya va a estar creciendo esta semilla que ya estamos plantando.

En la sociedad argentina existe un marcado individualismo y egoísmo que separan, incluso a los sectores progresistas en su lucha por lograr que en la Argentina se haga justicia. ¿Qué piensa al respecto?

-Yo creo que pasa porque no hay un proyecto serio por parte de la izquierda y se debate golpeándose el pecho si perdimos o ganamos. Creo que la peor derrota la siente el hombre cuando cree que lo que está haciendo es para mañana o pasado mañana. Pienso que las revoluciones que triunfan no se ponen un límite de tiempo.

Las revoluciones que triunfan son las bien serias y dispuestas a entregar todo. Las madres estamos diciendo que para ser revolucionarios hay tres estados.

El primero es el de la solidaridad, por supuesto, este es el más fácil. Segundo: el tiempo que uno pone, que tiene que ser todo el tiempo. Uno tiene que trabajar para subsistir y después poner todo el tiempo para la vida privada. Y la tercera, y más complicada, que es poner la vida al servicio de la Revolución.

¿Usted cree en la justicia de este país?  

-No, no creo en la justicia argentina, porque la hacen estos hombres, pero pienso que la justicia existe, porque para eso están las declaraciones y los derechos de los ciudadanos.

La justicia existe, pero en abstracto, como la paz, la libertad de que tanto se habla, pero en la Argentina actual no hay justicia. Es el país más injusto. No hay justicia ni social ni de ninguna clase.

José Miguel Ávila Pérez
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