Siempre sorprende e impresiona a los visitantes foráneos el encuentro con los trabajadores y estudiantes de la escuela de enseñanza especial “Le Thi Rieng”, de esta ciudad de Holguín, por la unidad, organización, entusiasmo, alegría y resultados, que saltan a la vista desde la llegada; y al marcharse, experimentan la sensación de que los conocen de toda la vida, como me confesó la señora holandesa Mieke Rutjens, con el cómplice consentimiento de su esposo Gerard.
Se nos fue el tiempo sin darnos cuenta, me dijo sonriente la solidaria amiga, por intermedio del carismático intérprete Carlos Lang, después de haber recorrido algunas aulas, donde apreciaron el esmero con que son atendidos los menores con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidades intelectuales, para contribuir a su inserción en la sociedad. También compartieron con alumnos que realizaban labores agrícolas en el huerto y en otras actividades que forman parte de la educación integral que reciben.
Anteriormente, los visitantes acompañados por Iván Fernández, funcionario de la delegación provincial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap), apreciaron la calidad del matutino escolar, en el cual se brindó una información general sobre las actividades del plantel, las efemérides; reclamaron a coro el cese del bloqueo imperialista contra Cuba y exigieron la liberación del expresidente brasileño Lula da Silva, como parte de la Jornada “Tenemos Memoria”.
Norge Escobar Claro, director del centro, informó al matrimonio holandés las particularidades de una escuela que es referente en el Perfeccionamiento Escolar, ha sido declarada “Colectivo Martiano” durante cuatro años consecutivos y es ejemplo en la vinculación con las familias de los educandos, la comunidad donde está enclavada, así como con organismos, organizaciones e instituciones del territorio.
Seguidamente, los visitantes accedieron a un video y diversas fotos, que grafican el funcionamiento de la escuela, incluyendo la transportación desde y hacia ella, así como a otras actividades colaterales que organiza la dirección del centro; la práctica de algunos deportes afines, la docencia en las aulas según las características y necesidades por edades y grado de limitación, y la participación en actividades culturales y recreativas.
Los amigos holandeses, quienes en los últimos cinco años han hecho algunas donaciones a hogares de niños sin amparo filial, de ancianos y otros centros de salud y educación, no detuvieron la mirada en las condiciones físicas del plantel, dada la situación económica del país, porque realmente pasan inadvertidas ante tantas gratas impresiones de buena educación, cultura, armonía, unidad de acción y alegría, a lo que se suma el permanente agradecimiento de los familiares.
Con casi 30 años de explotación, la “Le Thi Rieng” cuenta con lo esencial, afirmó el experimentado director Norge Escobar Claro, porque está completa la plantilla de trabajadores, incluyendo los maestros, auxiliares y las especialidades; están los recursos materiales necesarios; contamos con el apoyo de las familias, organismos y nuestro Sistema de Educación. Esta es obra de la Revolución, donde la prioridad la tiene el ser humano, concluyó.
En el tiempo que llevan viniendo a Cuba, ya lo han corroborado estos amigos holandeses, atrapados por la realidad que se vive en esta isla caribeña, donde la paz, el amor, la unidad y la solidaridad constituyen su mejor bandera.
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